Pierde un 42% en los últimos 12 meses

Nuevo varapalo para Urbas: cae un 10% y retorna a niveles de 2020

Urbas plan estratégico
Juan Antonio Acedo, presidente de Urbas.

Los títulos de Urbas cerraron el jueves con un retroceso del 10,08%, hasta los 0,0116 euros, lo que lleva a las acciones a marcar nuevos mínimos anuales y retroceder hasta precios no vistos desde septiembre de 2020. A nivel intradiario los títulos han llegado a caer hasta los 0,0114 euros. Las acciones pierden en el último año un 42%.

Urbas cotiza así en una zona delicada a las puertas de que se celebre a principios de julio la junta de accionistas donde el consejo de administración pretende aprobar una ampliación de capital por un importe nominal máximo de 34,3 millones de euros, más una prima de emisión aún por determinar.

La constructora busca de financiación en un momento de extrema volatilidad en los parqués por el miedo a la estanflación y la llegada de una recesión que hace que los inversores introduzcan un giro defensivo en sus carteras hacia valores sólidos y de alta calidad.

El objetivo de Urbas es realizar esta ampliación durante los siguientes 12 meses a su aprobación mediante una compensación de créditos, por lo que no concurrirá el derecho de suscripción preferente, al ser una modalidad distinta a la aportación dineraria. El mínimo por acción será de 0,015 euros por acción, a razón de 0,010 euros de valor nominal por acción nueva, con una prima de emisión de 0,005 euros por acción.

Esta la fórmula elegida por Urbas para hacer frente a la deuda que posee con varios acreedores, de los que espera un apoyo para intentar mejorar el balance y las ratios financieras, sin olvidar la cancelación del pasivo no bancario.

El actual presidente de consejero delegado, Juan Antonio Acedo, y los miembros del consejo Pablo Cobo y Alfonso José Guerrero son acreedores de la compañía, por lo que con la ampliación saldrían beneficiados. Los mayores créditos pertenecen a las firmas Goya Debtco y Vogager Investing, en torno a 13 millones de euros cada una.

La compañía pretende así continuar con su nuevo plan estratégico, vigente hasta 2025, con el que espera entregar 3.000 viviendas hasta 2024 con una facturación de 476 millones de euros. Además, estima que alcanzará más de 2.000 millones de euros de capitalización en 2025, más de 1.000 millones de facturación y ebitda de unos 150 millones entre todas sus líneas de negocio (infraestructuras, promoción inmobiliaria y energía).

La constructora prevé aprovechar las adquisiciones acometidas en los últimos años (Murias, Joca, Ecisa, Urrutia, Jaureguizar y Sainsol) de las que se desprende su situación actual con los acreedores, para despegar en su negocio de promoción inmobiliaria, de energías renovables y del ámbito industrial. El objetivo es que la actividad constructora pase a concentrar el 57% de los ingresos, desde al 94% actual.

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